Lo que debía ser una celebración deportiva en la final de la Liga Nacional de Fútbol Aficionados (Linafa) se convirtió en un episodio de violencia. Este sábado, en el estadio Edgardo Baltodano de Liberia, el partido entre Águila y Rosario finalizó en una batalla campal tras una polémica jugada.
El detonante del caos
El incidente comenzó luego de una entrada fuerte del goleador Cristian Lagos, jugador de Rosario, quien ejecutó una plancha que desató la ira de los jugadores y fanáticos del equipo Águila. El impacto de la jugada llevó a que los liberianos, furiosos, arremetieran contra Lagos en el campo de juego.
“La entrada fue lo que encendió los ánimos, y luego los aficionados de Rosario, cerca de 200, invadieron la cancha, lo que terminó en una pelea generalizada”, comentó el encargado de prensa del equipo Águila.
Escenas de tensión y daños colaterales
El enfrentamiento no se limitó a la cancha. Tras la disputa inicial, los seguidores de ambos equipos mantuvieron los ánimos encendidos fuera del terreno de juego, lo que escaló en reclamos y actos vandálicos. Según el comunicado del club Águila, los aficionados de Rosario incluso causaron daños al autobús del equipo local.
Un título en medio de la polémica
A pesar del violento desenlace, el equipo de Rosario se consagró campeón con un marcador global de 1-3, llevándose el título en un ambiente marcado por el caos.
Reflexión sobre la seguridad en eventos deportivos
Este incidente plantea una vez más la urgente necesidad de garantizar la seguridad en eventos deportivos de carácter aficionado. La invasión de la cancha por parte de los fanáticos de Rosario pone en evidencia la falta de medidas de control, mientras que la violencia desatada entre jugadores y aficionados ensombrece el espíritu del deporte.
Las autoridades de Linafa no han emitido un comunicado oficial hasta el momento, pero se espera que se realice una investigación para determinar responsabilidades y evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir en futuras competiciones.
El fútbol, que debería ser motivo de alegría y unión, vivió un episodio lamentable que recuerda la importancia de mantener el respeto tanto dentro como fuera del campo de juego.
